“Quien tenga Patria que la defienda. Y quien no la tenga, que la conquiste”. José Martí (1853-1895).

Tuesday, July 11, 2017

El trasplante haitiano

Poco a poco Haití nos ha ido trasplantando sus propias crisis y ahora la República Dominicana se encuentra en la encrucijada de asumirlas, forzada por las circunstancias.
El imparable éxodo masivo de haitianos hacia nuestro país, fuera de todo control en estos momentos en la zona fronteriza, viene acompañado de costumbres que riñen con las nuestras, imposibles de asimilar.
Y a eso se le agrega también el efecto de presión que ejercen en la búsqueda de espacio vital, de empleos, de servicios de salud y educación, para lo cual no existen restricciones, pues los haitianos conforman la mayor masa laboral en la construcción, en ciertos ofi cios agrícolas, en la vendutería callejera y en todo aquello que pueda asegurarles ingresos económicos.
Donde quiera que instalan sus “ghettos” implantan las costumbres aprendidas en Haití. No les gusta someterse a las leyes del orden público ni a las formas de convivencia de nuestro país, y por eso se han hecho regulares y sistemáticas la participación de haitianos en hechos delictivos y asesinatos horripilantes, generalmente usando machetes para descuartizar a sus víctimas.
No se someten a las reglas de higiene, pues orinan, defecan y lanzan desperdicios a las calles en aquellos sitios donde suelen concentrarse y hasta usan aguas de fuentes contaminadas para bañarse en público o enjuagar envases, productos y hasta ropas, escenas muy vistas en las redes sociales.
La República Dominicana ha tenido que soportar pacientemente esta intrusión de modelos incompatibles de conductas humanas, porque así como las autoridades han sido incapaces de hacer valer las leyes de migración, más lo han sido para impedir que los haitianos se sientan que viven en su propio país, donde no existe un marco general de respeto a los derechos y a la dignidad de los seres humanos.
La situación ha llegado al día de hoy a límites francamente intolerables. Crece la repulsión de los dominicanos. Va creciendo la efervescencia pública contra ese estado de cosas y contra la aparentemente impasible actitud del gobierno frente a lo que ya constituye un burdo irrespeto a las leyes del país, una fuente de corrupción que engrosa los bolsillos de quienes hacen negocios con el tráfi co o el empleo de los ilegales y un penoso ejemplo de impunidad, porque estas violaciones no tienen consecuencias jurídicas ni de ningún otro tipo.
El trasplante haitiano ya es un hecho. Una ominosa realidad.

http://www.listindiario.com/editorial/2017/07/10/473422/el-trasplante-haitiano

Mortal y burda trampa contra el pueblo dominicano

Virgilio Rodríguez, Ph.D.
Alemania
Una trampa mortal le han tendido al pueblo dominicano sus enemigos mortales, camuflada en el Artículo 11 del reglamento para aplicar la repulsiva e inconstitucional ley de naturalización en masa:
El “gancho” mortal radica primero en utilizar las declaraciones de nacimientos tardías para ‘probar’ que un número TOTALMENTE ILIMITADO de haitianos ‘nacieron en RD’ y, a seguidas, lanzar a todos sus lacayos, y bien pagados mercenarios, al ataque por todos los medios hasta lograr que el gobierno dominicano arroje nueva vez la bandera y capitule mediante otra ley de naturalización masiva, que beneficie esta vez a cientos de miles o millones de haitianos, de golpe y porrazo.
Los depravados que buscan destruir permanente y definitivamente a la RD, que quieren exterminar de una vez y para siempre nuestra nacionalidad, nuestra cultura y nuestra identidad dominicana, saben que con solo seis meses de chantaje mediante descaradas y demostrables calumnias lograron que el gobierno dominicano arrojara la bandera y se humillara sin tirar un tiro, dizque “por la presión”. Si funcionó una vez, ¡¿por qué no una segunda?! Calculan los desalmados. Del mismo modo puede el gobierno dominicano reciclar los inverosímiles pretextos que presentó después de su primera humillante claudicación.
Si el gobierno dominicano permite que los desalmados enemigos mortales de nuestro pueblo se salgan con la suya, a partir de ahí, los días de nuestra nacionalidad dominicana estarían contados, y solo sería cuestión de poco tiempo para que los haitianos nos avasallen a través de nuestras propias urnas, cumpliendo así, sin tirar un tiro, el propósito por el que tantos tiros tiraron infructuosamente sus antepasados.
Y cabe aclarar, que al margen de nuestro avasallamiento electoral a manos de nuestros enemigos ancestrales, la ‘dominicanización’ de cientos de miles o millones de haitianos no solo sería altamente lesiva a la salud fiscal del Estado dominicano (el que ya tiene un enorme déficit y una gigantesca deuda pública acumulada). También laceraría a los CUATRO MILLONES de dominicanos pobres (40% de la población) incluidos cerca de un MILL”N de dominicanos que viven en la extrema pobreza, sin olvidar a los dominicanos afectados por la altísima tasa del desempleo, que asciende a 15% en general y a 30% entre los jóvenes.
De hecho, solo se requiere una iota de decencia humana para entender que la República Dominicana no está en condiciones de echarse encima ni un alma más de las que les toca de acuerdo a su Tribunal Constitucional, y que los haitianos deberían buscar socorro entre otros de los cerca de doscientos países del mundo, especialmente en aquellos económicamente mejor posicionados que la RD, como por ejemplo los EEUU, Canadá, Francia y España. Los depravados que detestan a nuestra gente evidentemente no lo ven así.
Veamos ahora algunos detalles de la burda Y TOTALMENTE OBVIA trampa que nos han tendido nuestros enemigos mortales.
Lo primero es que a los responsables de este monstruoso reglamento no se les ocurrió ponerle ningún límite al número de posibles beneficiados. Los descarados calumniadores repitieron una y otra vez que había unos ‘doscientos mil’ haitianos dizque nacidos en RD y ‘desnacionalizados’. Pues si solo había unos doscientos mil en tal situación, se supone que el número de beneficiados de este programa no debería exceder dicho límite. Entonces, cómo es que no se les ocurrió a los autores limitar reglamentariamente al número de los posibles beneficiarios a unos doscientos mil, y así evitar que de la noche a la mañana aparecieran millones de haitianos dizque nacidos en RD, según ellos.
Además, los criterios que le permiten a un haitiano ‘probar’ que ha nacido en RD son sencillamente ridículos.
Por ejemplo, le bastaría probar que ha realizado “estudios en centros de educación inicial o básica en la República Dominicana”. Quizás son los autores del monstruoso reglamento los únicos que no saben que muchos haitianos emigran ilegalmente a RD con todos sus hijos, y que cualquier haitiano, nacido donde sea, puede asistir a una escuela dominicana. De hecho, cerca de treinta y cinco mil haitianos que ni siquiera viven en RD asisten a escuelas dominicanas fronterizas.
Todos, y cada uno de ellos, podrían ‘probar’ que ‘nacieron en RD’ simplemente mostrando que están asistiendo a dichas escuelas. ¡Qué barbaridad!
Un haitiano también puede recurrir a un “acto de notoriedad”. Este es un proceso comúnmente usado para que vecinos y conocidos de determinado fallecido certifiquen quiénes son sus herederos. O sea, el proceso se usa para establecer quién es el hijo de quién, pero de ninguna manera para confirmar el lugar de nacimiento de nadie.
Del mismo modo, el haitiano puede presentar declaraciones juradas de determinadas personas, como curas, pastores e incluso supuestas “parteras”, pero como sabemos, cualquiera se puede prestar a firmar una declaración jurada falsa, sea a cambio de prebendas, o dizque para ‘ayudar’ al haitiano (¡y en detrimento de los pobres dominicanos!). ¿Cómo podría el pueblo dominicano saber cuáles declaraciones juradas se corresponden a la verdad y cuáles no?
Por si todo lo anterior fuera poco, el reglamento ha impuesto límites de tiempo de procesamiento que son totalmente arbitrarios, y no hay forma de saber si el Estado podrá cumplir, puesto que los solicitantes podrían llegar hasta los diez millones, que es la población total de Haití. Y claro, el costo del proceso recaerá no sobre los beneficiarios, sino ¡sobre el empobrecido y sufrido pueblo dominicano!
Aquí algunos ingenuos podrían argumentar que nada de lo anterior importa, puesto que los haitianos se registrarían como extranjeros, con miras a solicitar la naturalización ordinaria. Pero a esos ingenuos le enfatizamos de nuevo que, tan pronto nuestros enemigos mortales tengan una lista con cientos de miles o MILLONES de haitianos dizque ‘nacidos en territorio dominicano’, los muy inescrupulosos lanzarán a todos sus lacayos, y bien pagados mercenarios, al ataque, con las mismas bajezas que con vergonzoso éxito ya utilizaron, hasta lograr que el gobierno dominicano claudique de nuevo con otra ley de naturalización masiva, pero que cubra esta vez a los cientos de miles o millones de haitianos dizque ‘nacidos en RD’. ¡Ya el gobierno dominicano les demostró que solo aguanta seis meses de ‘presión’!
¡Ese es el monstruoso y depravado plan de nuestros desalmados enemigos!
La raíz del problema podría ser que los asesores jurídicos del Poder Ejecutivo no acaban de entender que el Artículo 137 de la Constitución dominicana requiere que el Poder Ejecutivo actúe “en beneficio de los intereses generales de la nación y al servicio de la ciudadanía”. Sería bueno que dichos asesores se lean dicho artículo de una buena vez, y que se lo expliquen con lujo de detalles al Presidente. Evidentemente que lo necesita.
El autor es investigador científico 
http://www.listindiario.com/puntos-de-vista/2014/07/09/329115/mortal-y-burda-trampa-contra-el-pueblo-dominicano

Monday, June 26, 2017

No, no somos “un solo país”

La petulante y extravagante proclama de que “ya somos un solo país”, atribuida a los entusiasmados haitianos que celebraban una fiesta en la Plaza España, constituye una ofensa inaceptable a nuestra nación.
De ninguna manera puede aceptarse que esa percepción o convicción sea real ni que tenga asidero jurídico, pues la Constitución dominicana es bastante clara al definir sus límites territoriales y las esencias de su Estado.
Y por ningún lado puede asumirse que por el solo hecho de que se haya producido una especie de absorción de millones de haitianos en situación irregular en nuestro territorio, este sea considerado ya como “un solo país” y no dos, claramente diferenciados por el idioma, por sus raíces culturales y costumbres.
Promover esta idea, aunque sea en el paroxismo de un júbilo festivo, no es más que otro reflejo de las ansias que tiene la comunidad internacional de imponer una fusión forzada de las poblaciones de ambos países, bajo el supuesto de una razón humanitaria.
Esta urdimbre antinacional, ya denunciada vigorosamente en muchos escenarios, ha pasado por varias etapas.
La primera fue la conspiración para sabotear la sentencia del Tribunal Constitucional que fijó los conceptos de la nacionalidad y los requisitos para la migración y la residencia de extranjeros, una sentencia que todavía sigue expuesta al vapuleo de esas presiones e injerencias foráneas.
Luego vino la descarada campaña para denunciar al país como un violador de derechos humanos y un exponente de la discriminación y pidiendo sanciones por haber sido culpable de un “genocidio civil” al fomentar la apatridia de millones de haitianos.
Más adelante, los gobiernos de Haití se hicieron cómplices de una estrategia para desfogar hacia nuestro territorio y hacia otras naciones, violando francamente las leyes migratorias, a miles de sus ciudadanos, a los que no les puede proveer una vida digna.
Encima de crear las condiciones para que la República Dominicana eche a un lado sus mandatos constitucionales y leyes y desdibujando la última frontera que nos quedaba, la jurídica, ahora la urdimbre va dirigida a reconocer de hecho la fusión, encarnada en una ocupación sistemática y pacífica que no ha cesado.
“Todos somos Haití” fue la primera clarinada de la conspiración. Lo de ahora, “Somos un solo país”, es su corolario, el presunto fin de una utopía.
http://www.listindiario.com/editorial/2017/06/26/471620/no-no-somos-un-solo-pais

Saturday, May 27, 2017

Un acto de salvajismo


Dominicanos asesinados por haitianos en la Republica Dominicana. Mientras que las autoridades dominicanas y la comunidad internacional guardan silencio.
Los veinte machetazos que descargó sobre su cuerpo obligaron a la amputación de ambos brazos y severos daños en el resto de sus articulaciones, aparte del trauma psicológico que tal bestialidad entraña.

El haitiano quería tenerla de novia a la fuerza y ella lo rechazaba, de la misma manera que lo hizo su hermana, a la que el agresor también pretendía.

El barrio Nueva Esperanza de Los Quilombos, en Pedro Brand, donde ocurrió el suceso, y donde hay una nutrida presencia de inmigrantes haitianos ilegales, ha quedado conmovido, como todo el país, por tan brutal ataque.

Este episodio es uno de más, entre centenares, en los que haitianos ilegales han hecho galas de conductas salvajes frente a sus víctimas, sean o no dominicanos, utilizando machetes y cuchillos y escapando del brazo de la justicia porque carecen de documentación auténtica que los identifi que.

Por eso huyen y evaden exitosamente la persecución de la autoridad.

Porque no dejan rastros.

Por la frecuencia con que ocurren, y la impunidad que los acompaña, estos sucesos comienzan a proyectar la realidad de una colonia de inmigrantes extremadamente peligrosa y violenta.

Una colonia que ya ha protagonizado resistencia armada contra la autoridad (como fue el caso del barrio 27 de Febrero hace tres años), y entre cuyos miembros fi guran muchos que han sido vinculados a todo tipo de delitos.

Evaden las leyes de Migración, violan niñas y ancianas, degu¨ellan compatriotas o dominicanos, roban y asaltan, participan del contrabando de armas, drogas y otros productos y también de migrantes, actuando siempre con desfachatada prepotencia.

Componen una generación distinta a la que les antecedió, que la formaban mayormente trabajadores agrícolas o de la construcción con bajo o escaso comportamiento delictivo, en bajo perfi l y sometidos a un régimen de residencia temporal que ya no existe.

Amparados ahora en la fl ojedad de las leyes, las que irrespetan en muchos sentidos, o en el apoyo que concitan entre grupos extranjeros y locales que nunca protestan por sus desafueros salvajes ni sus crímenes, estos inmigrantes haitianos se sienten envalentonados para entrar, vivir y actuar a sus anchas, como si este fuera su propio país.

Ahí están las consecuencias. Ese es el alto costo que debemos pagar por la indiferencia y negligencia en el manejo del tema migratorio y las dobleces en la defensa de nuestra soberanía y dignidad.


http://listindiario.com/editorial/2017/05/25/467379/un-acto-de-salvajismo

Friday, August 26, 2016

Negritos y blanquitos

Un lector de esta columna ha comentado mi artículo titulado “La inclusión haitiana”. Dice, con toda razón, que los judíos del Egipto antiguo “querían irse” del país de las pirámides; en cambio, los haitianos “quieren quedarse” en el país de los dominicanos. Otro lector -también con razón- se preguntó: ¿no será porque los judíos eran esclavos en Egipto y los haitianos disfrutan en la RD de ventajas que no tienen en su propia tierra? En el año 2003 escribí un artículo que titulé: “Residencia y esclavitud”, donde afirmé: “Son miles los haitianos asentados ilegalmente en Santo Domingo que quieren quedarse en este “infierno de la esclavitud” que es la RD”.
“En el pasado los haitianos trabajaban en el corte y tiro de la caña de azúcar, en todos los ingenios del país. Ahora trabajan en la construcción de viviendas, en el servicio doméstico, en las cosechas de arroz, café, cacao, tomates. Ningún país ha dado albergue a tantos haitianos como la RD”. Quiere decir que los emigrantes haitianos están “alojados” en todos los rincones de la economía dominicana. Es lo que llaman “inclusión social”. Todos los días oímos hablar de la “inclusión social” de los discapacitados o de los “envejecientes”. Pero al incluir unos, excluimos a otros; en este ejemplo, los haitianos ocupan los lugares que deben ocupar -en primer lugar- los dominicanos.
La seguridad social, el sistema educativo, los hospitales de maternidad, son los instrumentos institucionales, para la “inclusión social” de la población registrada en las oficialías civiles, que paga impuestos y goza de derechos ciudadanos. Corremos el riesgo de que la “exclusión” alcance a quienes no debe afectar, por ser los habitantes de un “Estado social democrático de derecho”. Principalmente, porque los organismos internacionales sostienen que la crisis haitiana es una “crisis regional” y no un problema “local”.
Los europeos no ven diferencia alguna entre los “negritos del Este” y los “negritos del Oeste”, que viven en una isla del Caribe, que ha sido francesa y española. Sin embargo, esos mismos europeos ven muy claras las diferencias entre ucranios y rusos, dos pueblos eslavos con culturas muy parecidas. Estos “blanquitos del Este” y “blanquitos del Oeste”, son dos entidades “claras y distintas”, como diría Descartes. (17/07/015).
http://hoy.com.do/negritos-y-blanquitos-2/autor/federico-henriquez-gratereaux/

Thursday, August 18, 2016

Panamá pide a Haití desincentivar migración irregular en Centroamérica

Migrantes irregulares, principalmente haitianos cruzan constantemente la frontera selvática entre Colombia y Panamá en su ruta hacia Estados Unido.
CIUDAD DE PANAMÁ.– La vicepresidenta y canciller de Panamá, Isabel De Saint Malo, pidió al ministro de Relaciones Exteriores de Haití, Pierrot Delienne, políticas comunes de cara a desincentivar la migración irregular de haitianos hacia Estados Unidos, informó una fuente oficial.
De Saint Malo expresó a Delienne “la preocupación de las autoridades panameñas ante el creciente flujo de migrantes haitianos varados en la región” y le pidió “encontrar de manera urgente una solución integral que salvaguarde los derechos humanos de los migrantes a la vez que desincentiva los flujos irregulares”, según un comunicado de la cancillería.
De Saint Malo se reunió con Delienne en el marco de la toma de posesión del presidente de República Dominicana, Danilo Medina.
El lunes el gobierno de Panamá anunció la instalación de dos nuevos campamentos en la zona fronteriza con Colombia, donde a los inmigrantes irregulares se les brindará atención médica y se les aplicarán controles biométricos de seguridad.
Migrantes irregulares, principalmente haitianos que han permanecido en Brasil, africanos, asiáticos y cubanos, cruzan constantemente la frontera selvática entre Colombia y Panamá en su ruta hacia Estados Unidos. Muchos de los haitianos que viajan en sin documentos dicen ser africanos para no ser deportados.
Cientos de migrantes se mantienen en Panamá y miles podrían estar en camino, según autoridades colombianas.
Nicaragua ha prohibido el paso por su territorio a estos inmigrantes irregulares, por lo que varios miles se mantienen varados en Costa Rica a la espera de seguir su periplo por Centroamérica o de un acuerdo humanitario que los acerque a la frontera con Estados Unidos.
La zona selvática del Darién, de más de 15.000 kilómetros cuadrados, es atravesada por los migrantes que intentan cruzar de Colombia a Panamá, donde se exponen a traficantes y a padecer enfermedades, hambre y sed.
http://eldia.com.do/panama-pide-a-haiti-desincentivar-migracion-irregular/

Monday, August 15, 2016

Dra. Cordero: “Los haitianos están trayendo tuberculosis y nadie dice nada”

a Dra. María Luisa Cordero generó una fuerte polémica tras referirse con duros términos hacia los inmigrantes colombianos y haitianos residentes en Chile.
Durante la conducción de su programa radial llamado “Sentido Común” en Radio El Conquistador, la psiquiatra sostuvo que muchos inmigrantes colombianos están llegando a vivir a Coyhaique y que algunos problemas de la ciudad se los atribuía a ellos por ser “malvivientes”. Añadió además las siguientes declaraciones:
“Y bueno, me encontré con una pareja en el aeropuerto, que son de Iquique, originarios de Iquique. Y también. Tienen destruido a Iquique, me contaron ellos, los mismos malvivientes de Antofagasta (…) Pero nadie dice nada.Y los haitianos están trayendo tuberculosis y nadie dice nada.
El Estado debe tener mayores precauciones al aceptar inmigrantes: nadie los controla, nadie les hace análisis de esputo, nada, nada, nada. Y a lo mejor esta epidemia N1H1 debe ser bronquitis tuberculosa. ¿Tú viste El Padrino 1? ¿Cuando hacen la cuarentena de los inmigrantes? ¿Te acuerdas dónde los ponen? A esperar, qué sé yo, los examinan. Así se hacen las cosas”.
En el siguiente vídeo puedes ver las declaraciones de la médico psiquiatra y las opiniones del panel de SQP:
https://www.youtube.com/watch?time_continue=48&v=Ng1xQBC4OOs
http://chilecorrupcion.com/2016/08/dra-cordero-los-haitianos-estan-trayendo-tuberculosis-y-nadie-dice-nada/