Leonel Fernández nació en la humilde comunidad de Villa Juana. Estudió Derecho y se incorporó al PLD, un partido político fundado por Juan Bosch, donde se hablaba de honestidad, transparencias, justicia social. Repetía las lecciones con tal vehemencia, que Bosch lo consideraba “una minita” y lo respaldó para ocupar la Presidencia de la República.
Ya sentado en la silla presidencial, la minita explotó. Hizo catarsis. Surgió su verdadera esencia. Durante doce años en el poder, los recursos no se utilizaron para cerrar la brecha entre ricos y pobres, sino para ampliarla. Leonel se unió a los ricos, los apoyó e imitó. Dedicado a esas tareas, creció la corrupción, abandonó la agricultura, aumentó la miseria.
El lema “Servir al partido para servir al pueblo”, lo motivó a enriquecer la cúpula del PLD. Dio el ejemplo en su primer periodo de gobierno, creando su Fundación Global, Funglode. Este negocio prosperó rápidamente, compitiendo en las áreas de educación y cultura con las del Estado.
Leonel blindó sus acciones y la de cercanos colaboradores designando funcionarios, jueces y legisladores en tribunales, altas cortes y en el Congreso, para que lo protegieran. Ellos le ayudan a tener controles en el gobierno, además es Presidente del PLD. Se le facilita cerrar el paso al sentir de la mayoría que pide la reelección del Presidente Danilo Medina, porque esta atendiendo las necesidades de los “hijos de machepa”..
Leonel logró sus sueños de tener poder, estar entre ricos, viajar y codearse con líderes internacionales. Su sonrisa es amplia, de satisfacción. ¡Esta con los “tutumpotes”!. Tiene la creencia de que “los vientos soplan a su favor”, que volverá a la presidencia. Tendrá que “conceptualizar bonito”, acercarse a los pobres y repartir limosna para ganar el voto de los infelices. “El mal comió no piensa”. Su ansia de poder es un indicador de que su Yo interior sigue lastimado. ¡Que pena!.
Durante sus mandatos, Leonel abandonó sus raíces, los pobres. Ni siquiera se esforzó en crearle centros comunitarios para alfabetizarlos, enseñarles oficios, cubrir sus necesidades. Al menos, debió hacer visitas sorpresas y llevar esperanzas a las comunidades.
Lo peor de Leonel no fue que sepultara los principios de Bosch, ni enriquecerse junto a un grupo ni dejar la estructura blindada para que ningún poder del Estado juzgue con objetividad sus acciones, eso no fue lo peor, lo que produjo mas frustración fue que llenara la nación de antivalores, corrupción, narcotraficantes, delincuentes, inmigrantes ilegales, fue dejar los infelices desamparados y hambrientos, fue abofetear la democracia, comprando y destruyendo los partidos políticos de oposición, fue agarrar las riendas de su partido para defenderse y cerrar el paso a los que busquen bienestar colectivo, incluyendo al actual Presidente. ¡Que pena!.
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